Si una de las claves del rendimiento, y con ello del éxito, reside en la capacidad de enfocar la atención sobre lo verdaderamente relevante y evitar las distracciones, la principal tarea del líder tendrá que ver con su capacidad de atraer y mantener la atención de su equipo hacia lo que es importante. A veces será cuestión de conocimiento, de ser capaz de identificar los elementos clave de la ejecución de cada individuo, pero eso no quiere decir que el líder deba ser necesariamente el experto. En muchas ocasiones los verdaderos expertos son los encargados de ejecutar la tarea, y la misión del líder será la de asegurar que esa ejecución se lleve a cabo bajo condiciones de atención óptimas.
Evitar que la atención deba desviarse hacia tareas accesorias o irrelevantes para enfocarse plenamente en lo realmente valioso; atajar aquellos elementos capaces de hacer sentir preocupación o incertidumbre, proporcionando la confianza necesaria para que el trabajador o el deportista puedan dedicarse con tranquilidad a sacar adelante su trabajo. Y por supuesto, no convertirse en un distractor más: que la principal preocupación del trabajador no sea complacer a su jefe, sino hacer bien su trabajo; que la principal preocupación del jugador no sea evitar la bronca de su entrenador, sino dar lo mejor de si mismo; que la creatividad del individuo no se vea constreñida por las limitaciones o la inseguridad de su “superior”. Continuar leyendo